
Seguro que has visto en televisión o por Internet una de esas oficinas en la que los empleados tienen sala de juegos, piscina, gimnasio y un sinfín de ventajas y has pensado: “Yo quiero trabajar ahí”. Lamentablemente, no tenemos la fórmula mágica para que crezca una piscina en tu empresa, pero sí que existen una serie de medidas a tomar para que tu empresa sea más feliz.
Una empresa feliz
El concepto de la felicidad en la empresa es algo relativamente nuevo en nuestro país, pero lleva mucho tiempo trabajándose en otros lugares de Europa. Básicamente, una empresa feliz es aquella en la que trabajadores, encargados y jefes son felices en su puesto de trabajo.
Pasamos la mayor parte de nuestra vida adulta en nuestro puesto de trabajo, así que buscar la mayor felicidad en ella es una de las cosas más importantes que podemos hacer por nuestra salud mental. Además de la ventaja obvia de que, si somos felices en nuestro trabajo, todos estaremos más a gusto, una empresa feliz consigue mejores rendimientos, reduce el absentismo laboral y aumenta la responsabilidad de sus trabajadores.

¿Qué hace falta para que una empresa sea feliz?
¿Qué hace falta para que una empresa sea feliz?
Aunque eso de la piscina y la sala de juegos en el trabajo suena bien, lo cierto es que, para que una empresa sea feliz, solo hacen falta dos elementos: voluntad y responsabilidad.
La voluntad parte de la cúpula de la empresa, que ha de estar dispuesta a motivar y dar mayor libertad a sus trabajadores. Por su parte, los empleados deben de responder a esta buena voluntad con responsabilidad y aprovechar sus nuevas libertades sin disminuir su rendimiento.
Las claves para que una empresa sea feliz
El tiempo es uno de los factores más importantes en nuestra vida. El dinero se puede gastar y recuperar, los bienes materiales también, pero el tiempo que se va nunca vuelve. Es por eso que la flexibilidad horaria es una de las grandes demandas de todo trabajador. Adaptar tu trabajo a tu vida y no al revés es un elemento clave para ser feliz en la empresa.
La flexibilidad horaria, ya sea total o entre un margen de horas, implica que el trabajador adquiera mayor responsabilidad, ya que trabajará por logros u objetivos. Por norma general, los empleados aceptan de buen grado esta mayor responsabilidad al sentir que tienen mayor control sobre su vida.
Los valores son otra de las grandes demandas del trabajador, aunque ni ellos mismos lo sepan. Si todos los miembros de la empresa tienen un motivo para hacer lo que hacen en su trabajo más allá de su sueldo, se sentirán mucho más motivados y rendirán mucho mejor.
El tercer elemento fundamental en una empresa feliz es el valor que se le da al equipo humano. Los empleados son el principal valor de la empresa y así deben de sentirse. El hecho de que exista una sala de descanso o que tengan acceso gratuito a té o café es algo que aumenta de manera exponencial la felicidad de los trabajadores. Por otro lado, es fundamental que se sientan parte de un equipo unido. Las actividades fuera del trabajo también son muy importantes para que funcionen mejor como equipo, ya sea con prácticas deportivas, excursiones o unas cervezas semanales a modo de afterwork.
Conseguir que tu empresa sea feliz es mucho más sencillo de lo que parece. No hacen falta grandes reformas, ni inversiones, solo un pequeño cambio de chip que traerá consigo un aumento en el rendimiento y una mejora en las relaciones en la empresa más que notables. ¡Atrévete a probarlo!