Si alguien te preguntase cuál fue la gran revolución empresarial de los últimos 25 años, sin duda, responderías que ha sido el boom tecnológico que supuso Internet y la incorporación de todos los gadgets electrónicos a los procesos de trabajo. Sin embargo, hubo otra revolución paralela que ha cambiado las relaciones en la empresa para siempre: la inteligencia emocional.
El término inteligencia emocional fue introducido en 1995 por el psicólogo Daniel Coleman. Desde ese momento, todos tomamos conciencia de la importancia de la inteligencia emocional y muchos expertos comenzaron a estudiar sus aplicaciones en diversos ámbitos, incluido el de la empresa.
Aunque fue Daniel Coleman quién bajó a la tierra este concepto, la inteligencia emocional era una idea que siempre rondó en la cabeza de grandes empresarios. “Si hay un secreto para el éxito, es el siguiente: entender el punto de vista del otro y ver las cosas con sus ojos”, decía Henry Ford ya en los años 30.
¿Qué es la inteligencia emocional?
A pesar de que la inteligencia emocional ha tenido una gran acogida en la mayoría de las grandes empresas internacionales, sigue siendo un gran desconocido en muchas empresas españolas.
La inteligencia emocional es, básicamente, la capacidad para conocerse a uno mismo, controlarse y saber relacionarse de una manera positiva con aquellos que te rodean.
Una vez definido este concepto, las empresas pronto se dieron cuenta de la importancia de tener miembros en su equipo con una buena inteligencia emocional. En un mercado cada vez más competitivo y con más presión, es básico contar con líderes que sepan motivar a sus equipos y relacionarse con sus clientes.
Por tomar un referente televisivo, el Doctor House es el prototipo de persona con una inteligencia emocional nula. Un genio de la medicina que, sin embargo, es incapaz de relacionarse con un paciente. En el otro lado, tenemos una serie llamada “New Amsterdam”, donde el protagonista es Max Goodwin, director de un hospital con una inteligencia emocional portentosa. Probablemente el Doctor House sea mejor médico, pero nunca podrá ser un gran líder que motive al equipo y haga crecer al hospital, como lo es Max.

Características de la inteligencia emocional
Según Daniel Coleman, la inteligencia emocional consta de 5 arterias que se pueden dividir en dos grupos: las características intrapersonales y las interpersonales.
Las características intrapersonales hacen referencia al conocimiento de uno mismo y está conformado por 3 actores:
- Conocimiento de uno mismo: El autoconocimiento es el punto clave de la inteligencia emocional. Reconocer nuestras emociones es el primer paso para poder controlarlas. Si no somos capaces de reconocer nuestras emociones, estaremos expuestos ante ellas y podrán descontrolarse en cualquier momento.
- Autocontrol: Una vez que conocemos nuestros sentimientos y emociones, podemos controlarlos. No podemos evitar situaciones que nos irriten o nos generen ira, pero si podemos trabajar para gestionar estas emociones de la mejor manera.
- Automotivación: Fijarse metas y motivarse es la mejor manera de mejorar como persona. La motivación de uno mismo le insta a ser cada día mejor y a focalizarse en nuestros recursos.
Las características interpersonales son aquellas que hacen referencia a las relaciones de uno mismo con su entorno. Son dos factores los que lo conforman:
- Empatía: Es la habilidad de establecer vínculos y conectar con las personas que nos rodean. La empatía no solo consiste en ponernos en la piel del otro, sino también en saber leer las emociones de otros, sus gestos, matices, tono de voz, etc.
- Habilidades sociales: Quizá sea esta la característica que más se valora hoy en día en las empresas. Las habilidades sociales nos permiten establecer relaciones de cordialidad con clientes, de amistad con nuestro equipo y, en general, nos permite relacionarnos de una manera sana con nuestro entorno.
Aunque hay personas que nacen con más inteligencia emocional que otras, estas características se pueden desarrollar y mejorar, a base de entrenarlas y de examinarse a uno mismo.
Cómo se aplica la inteligencia emocional en las empresas
Conociendo las arterias principales de la inteligencia emocional, resulta evidente sus ventajas a la hora de aplicarla en la empresa.
Un líder con una buena inteligencia emocional es vital para dirigir un grupo motivado y establecer unas dinámicas de trabajo sanas. Cabe destacar que la persona que posee inteligencia emocional también sabe trasladar esta inteligencia a los demás, generando un ambiente emocionalmente más inteligente a su alrededor.
Los principales beneficios que puede aportar una buena inteligencia emocional en la empresa son los siguientes:
- Construcción de equipos de trabajo: Saber reconocer las características y capacidades de cada uno de los miembros de tu equipo de trabajo, te permitirá establecer relaciones complementarias entre ellos, generar sinergias positivas y conseguir una mayor productividad.
Aplicando la inteligencia emocional en la construcción de equipos de trabajo no solo se mejorará la productividad, sino que se generará un mejor ambiente de trabajo.
- Resolución de conflictos: El trabajo en la empresa suele implicar muchas horas de roce y muchos momentos de presión. Es bastante habitual que esto acabe generando conflictos. Analizando las emociones que interfieren en cada una de las personas implicadas en el conflicto, se podrán solucionar de una manera mucho más ágil y conseguir que todos los implicados se muevan en una misma dirección.
Esta resolución de conflictos es útil tanto a nivel interno de la empresa como a la hora de solucionar problemas con clientes y proveedores. - Negociación: Las relaciones empresariales están plagadas de negociaciones a todos los niveles, tanto internas como externas. Una buena inteligencia emocional ayuda a establecer puntos de unión con la persona con la que estás negociando y llegar a acuerdos de una manera mucho más rápida y menos agresiva.
Como ves, la inteligencia emocional es una característica básica para que las empresas puedan tener éxito. No importa si hablamos de un autónomo que trabaja en solitario o de una gran empresa, una buena inteligencia emocional te ayudará a mejorar tus relaciones profesionales, a mejorar el ambiente de trabajo y, en general, a ser mucho más productivo.